4 I OPINIÓN EL SECTOR • Enero 2018
Vicente Fernández Martínez
Director de Intedya Valencia
Estrategia: formulación, comunicación e implementación
Uno de los motivos por los que,
en general, tenemos dificultades
para definir objetivos, es el hecho
de no conocer lo que va a pasar en
el futuro. Cuanto más incierto es
el futuro más difícil es definir una
estrategia. Pues, por definición,
una estrategia es la elección entre
los distintos cursos de acción dis-ponibles
para conseguir nuestros
objetivos en situación de cambio
y de permanente incertidumbre. Si
pudiésemos eliminar las situacio-nes
de cambio y la incertidumbre
sería mucho más fácil, pero eso no
posible, más bien es todo lo con-trario,
la velocidad de los cambios
aumenta progresivamente.
Y relacionado con objetivos y es-trategias,
podríamos clasificar a las
empresas en cuatro tipos:
1) Las empresas que no tienen de-finidos
de forma expresa objetivos.
2) Las empresas que tienen de-finidos
objetivos pero carecen de
estrategias.
3) Las empresas que tienen defini-dos
objetivos y estrategias pero no
las implementan.
4) Las empresas que tienen objeti-vos
y estrategias, las ejecutan pero
no las comunican.
Sobre la comunicación y la imple-mentación
planteo diez reflexiones
que pueden animar a situar estos
aspectos en el lugar que merecen.
1. Las personas necesitan conocer
hacia donde se dirigen sus orga-nizaciones.
Son muy pocas las
empresas que ofrecen a todas las
personas que trabajan en ellas, in-formación
acerca de las estrategias
que se plantean desarrollar en el
futuro más o menos inmediato.
2. Esta información es muy impor-tante
para que todas las personas
comprendan la importancia de su
trabajo y su directa vinculación con
la estrategia de la Empresa.
3. Por tanto, es necesario desarro-llar
un plan de comunicación que
permita conocer la estrategia, de
primera mano, a todos los miem-bros
de la organización.
4. Este plan de comunicación tiene
que considerar esencialmente dos
aspectos. En primer lugar, que el
contenido esté diseñado para que
pueda ser entendido por todos.
En segundo lugar, que el mensaje
esté construido de acuerdo con las
acciones que cada área de la em-presa
va a tener que implementar
para que se consiga materializar la
estrategia.
5. Es claro que las estrategias de
una empresa pueden ir en una
dirección o en otra, ser más inno-vadoras
o menos, ser más inteli-gentes
o menos acertadas. Ahora
bien, lo que realmente determina
el éxito o el fracaso de las estrate-gias
es que todas las personas que
integran las organizaciones, vayan
en la misma dirección y sentido a
las estrategias definidas.
6. Sin la acción alineada de las per-sonas,
cualquier estrategia será un
fracaso. Eso significa que las perso-nas
tienen que tener voluntad de
hacer lo que haya que hacer para
conseguir los objetivos para los
que se establecen las estrategias.
7. Es un hecho comprobado que
la mayoría de las estrategias fallan
más en la implementación y no
tanto en la formulación.
8. Además del hecho de que las
personas vayan en la misma di-rección
y el mismo sentido que
la estrategia, es muy importante
considerar su grado o nivel de in-volucración.
Ni que decirse tiene
que cuanta mayor involucración de
las personas, mayor eficacia de la
estrategia.
9. Que para que las personas se in-volucren,
tienen que asumir como
suyas las estrategias de la organi-zación
y, sobre todo, comprender
cómo su actuación contribuye a
ellas.
10. Cuanto más alejadas están las
personas de los puestos de direc-ción,
más necesario es vincular
las estrategias a las metas que les
son más cercanas, de esta forma
podrán asumir la estrategia como
propia.
En el ámbito de los RR.HH. uno de
los procesos más directamente re-lacionados
con estos dos aspectos
del planeamiento estratégico es el
del desarrollo y formación de todos
los miembros de la empresa.
Es fácil apreciar el efecto negativo
que produce la obsolescencia de
los bienes de equipo, no pasa tanto
así con la obsolescencia del conoci-miento
y la formación de las perso-nas.
Si tenemos claro que el factor
diferencial de las empresas somos
las personas, se hace imprescin-dible
tener un plan de mejora que
posibilite el mantenimiento y me-jora
de su nivel competitivo.
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